lunes, 11 de noviembre de 2013

No hay que ser ladrón de la frase ajena

Muchas veces y por cuestiones diversas, nos encontramos ante la necesidad de hacer referencia a las palabras de otros en nuestro propio discurso. Para realizar este invocación, existe dos maneras posibles: parafraseando o citar textualmente las palabras del otro autor. Veamos cuál es la diferencia y su función. 

     La paráfrasis consiste en remitir a las palabras de otra persona, pero usando las propias. Se trataría de un tipo de comentario, por ejemplo (cursiva): "según lo propuesto por X, una manera de entender la lengua...". En este caso no es necesario utilizar las comillas, como sí lo es si realizamos una cita. Cuando se quiere referir a las palabras de otro autor/fuente de manera precisa, es decir tal cual lo dijo, debemos usar comillas, por ejemplo: Según la RAE, una paráfrasis es una "frase que, imitando en su estructura otra conocida, se formula con palabras diferentes". En este caso se está copiando la definición textual -como se puede comprobar si se sigue el hipervínculo-. (Otro post aparte, merece hablar de los tipos de citas, ya que existe varios modos de citar que dependen del tipo de texto y la extensión de la cita.)
     Sin embargo, más allá de las diferencias entre la paráfrasis o la cita textual, hay un punto en el que coinciden: la referencia obligatoria al autor de dichas palabras. No se puede eludir quién escribió o pronunció dicha frase, ya sea que la hayamos leído o escuchado, tenemos que dejarlo presente en nuestro texto. 
     Finalmente, vale aclarar que esta "ley del escritor honesto", está vigente tanto para una tesis como para una nota de prensa, una entrada de blog cualquiera, o un presentación de Power Point
     ¿Para qué sirve realizar una paráfrasis o una cita textual? Pues el uso más corriente tiene que ver con apoyar un punto de vista personal (con esto estás diciendo: "hay alguien tan loco como yo que piensa lo mismo") o realizar una explicación. Cualquiera sea tu móvil, recurre a esta herramienta del discurso que vale la pena, y recordá que  usarlas adecuadamente suman mucho al resultado final. Ya lo sabés, no hay que ser ladrón de la frase ajena. 

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