miércoles, 13 de noviembre de 2013

Lenguas mezcladas

Resulta ser que cada vez más, nuestro amado español tiene romances furtivos -algunos, otros no tanto- con otras lenguas, sobre todo con su amante predilecto, el inglés. Algunas veces por una necesidad de pertenencia, otras por necesidad lingüística de algún campo específico de la ciencia. nos vemos en la obligación de usar términos, palabras e incluso frases en otros idiomas que no son la lengua materna. 

     Por supuesto que las incorporaciones de léxico foráneo no es algo nuevo es la historia de la lengua, pues en todo momento suceden cosas que hacen que la lengua también tenga modificaciones (inmigraciones, avances científicos, productos o procesos novedosos). El tema es que cuando se habla, estos términos extranjeros-o neologismos por préstamos- no requieren de ninguna marca especial para que el interlocutor note su presencia. Pero si estamos escribiendo, es otro cantar. 
     Cuando se trata de un discurso escrito y se necesita incluir alguna palabra o frase en otra lengua, podemos escoger entre dos opciones igualmente válidas. La primera, es utilizar el término en cuestión pero señalarlo con cursiva o itálica. Así, si te parece que este post es cool, podés compartirlo desde tu tablet. La otra opción, es simplemente evitar escribirla en el idioma original y sustituirla por su correspondiente traducción. En este caso, podés seguir todas las entradas de este blog desde tu tableta. 
    Un párrafo aparte merece la presencia de una frase. Si se elige colocarla en su lengua original, lo indicado es que entre paréntesis o en una nota al pie se coloque su traducción para que aquel lector que no maneje la lengua extranjera, también tenga la posibilidad de comprender. 
      A esta altura quizás te preguntes por qué no todos los términos de otras lenguas son señalados con una cursiva. Pues, como se dijo anteriormente, la lengua evoluciona: a la vez que crece, también se achica. En este sentido, cuando un término se vuelve muy recurrente, entonces sucede que se "nacionaliza" y lo usamos como si fuera nuestro desde siempre, como freezer, placard, living. Aquí se hizo referencia directa al inglés, pero lo mismo sucede con la inclusión de términos de otras lenguas. 
     Ahora ya sabés, también el español  tiene un affair con otras lenguas. Eso es tener glamour


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