martes, 29 de julio de 2014

El taller literario: una caja de herramientas

Hace unas semanas atrás, El corrector líquido lanzó la propuesta de “caza de lectores” para aquellos que escriben ficción. Esta idea surge y se fundamenta en el concepto de taller literario, en este caso un taller virtual, con todas las características y adaptaciones que implica este singular modo de conexión entre autor y lector(es).
Un taller literario, tal y como se conoce, consiste en dos acciones básicas de las que luego se desprenden otras: escribir y leer, por un lado, comentar, corregir, alabar, destruir y un largo etcétera, por el otro.
En un taller literario convencional, la gente se junta para aprender a escribir literatura, escribiendo. En este espacio se generan consignas de escritura como puntapié inicial para el movimiento creativo. A continuación, con el resultado (texto) en la mano, se procede a su examen y análisis por parte de otros compañeros –también lectores y escritores a la vez –.  Suena muy simple, claro. Pero no lo es. Para asistir a un taller de escritura creativa hay que estar dispuesto a muchas cosas, entre ellas a la crítica (en un sentido de “construcción”). Otra de las cuestiones, es que hay que contar con disponibilidad horaria, y en muchas ocasiones, también monetarias.
En estos espacios, como en cualquier taller que disponga de la metodología adecuada, se trabaja a  partir de los “productos” y se construyen herramientas de forma colaborativa y corporativa. Se habla de narradores y puntos de vista, de la respiración del texto (puntuación), de la edificación textual, entre otras cuestiones que hacen a un texto literario, pero siempre partiendo de lo que se escribe.

¿Qué es el taller virtual“En busca del lector perdido”?
Ni más ni menos que lo que se dijo anteriormente, un espacio de lectura y construcción de herramientas discursivas. Con la ventaja de que en El corrector líquido no hay que cumplir horarios ni pagar un centavo. En este espacio de creación y creatividad ficcional, se invita a quienes quieran a compartir su relato breve, y desde el conocimiento formal y no formal de El corrector se trabajará el texto publicado también por  aquellos que quieran participar.

¿Cupo? Los que quieran. Cuantos más seamos, más oportunidades tenemos de continuar aprendiendo y de conseguir –quién nos dice – un editor. El corrector líquido espera tu texto en elcorrectorliquido@gmail.com. 

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