lunes, 2 de diciembre de 2013

El título

Si tuviera que definir de manera informal qué es y para qué sirve el título de un texto diría que es la puerta de entrada. Muchas veces lo dejamos para el final, cuando el último punto ya está colocado. Otras, el título es el punto inicial para dar rienda suelta a la producción textual. De cualquier forma, elegir EL título para un texto no es tan simple como parece, y su función es lo suficientemente importante como para dejarlo de lado. 

     La más importante de sus funciones, como se dijo al comienzo, es inaugurar la lectura, ser la puerta de acceso a un texto. En este sentido, el título debe representar el contenido y el objetivo del escrito. Si el texto explica un tema, el título no puede ser oscuro o intentar persuadir. Así es que de acuerdo al tipo de texto, también será el título del mismo.
Siempre enmarcado en su función y contenido, a continuación presento algunas sugerencias a tener en cuenta al momento de titular tu texto: 

- Atracción: siguiendo la analogía del principio, un título tiene que ser atractivo para que pueda traspasarse ese umbral. Tal como sucede con las puertas, a algunos nos atraen aquellas que están viejas y corroídas por el tiempo, a otros las modernas y de vanguardia. Siguiendo este razonamiento, el título estará también en concordancia con el potencial lector al que dirigimos el discurso escrito. 
-La extensión: los títulos largos no son buenos presentadores. Breve y conciso es una buena combinación para un titular un texto. 
-El lenguaje: se puede jugar con la metáfora u otros recursos poéticos, pero para hacerlo es importante contar con que pueda ser entendido por el público lector: por ejemplo, hacer referencia a un refrán que es de conocimiento popular. También el vocabulario elegido debe ser lo más trasparente posible, es decir, nada de ambigüedades o complicaciones etimológicas -para ejemplos de ambigüedad, mírese un poco los titulares de la prensa-. Todo este conocimiento puede dejarse para el cuerpo del texto. 
Las excepciones: como en todos los órdenes siempre están presente aquellos casos de transgresión. Títulos con juegos de palabras, enigmáticos, muy breves o muy extensos, todo es posible si se sabe en qué texto hacerlo. Un informe o manual de instrucciones no pueden llevar un título de este tipo, pero sí un artículo para tu blog, un cuento, entre otros. 
En síntesis, si un título "encanta" -en el sentido mágico de encantamiento- el lector continúa leyendo. 


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