lunes, 4 de agosto de 2014

Para explicarse mejor (II)...


Anteriormente, hablamos de la importancia de saber explicar, de mantener no solo la objetividad, sino también la claridad y la precisión en un texto explicativo. Para ello, se dijo que existen algunos recursos que te ayudan al momento de tener que escribir una explicación exitosa. Así, en Para explicarse mejor (parte I), se habló de la definición y de la ejemplificación. Hoy nos centraremos en la reformulación y la analogía.

La reformulación como recurso explicativo sirve para aclarar una idea. Suele introducirse con “es decir”, “en otras palabras”.

La analogía no es más que una comparación. Muchas veces, para que el lector pueda representarse algo desconocido o abstracto, se recurre a compararlo con algo que resulte conocido. Por ejemplo, comparar un lago con una piscina. 
Leamos y analicemos: 


Como se ve, en el texto se busca explicar qué es un neologismo. Para ello, se recurre a su definición, varias ejemplificaciones y también una reformulación. Si quisiéramos que el lector comprendiera la idea abstracta de evolución, podríamos recurrir a una analogía como:
Próximamente, El corrector líquido te acerca la tercera y última parte de recursos explicativos. ¿Dudas? como siempre, el buzón está activo para todas las consultas: elcorrectorliquido@gmail.com. 



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