jueves, 19 de junio de 2014

Cuando se escribe, no se habla


Algunos somos buenos en manualidades pero no contamos con la destreza física para embocar una pelota en un arco aun sin arquero. Te guste o no te guste, así es como se reparten los talentos en esta vida. En este sentido, algunos son expertos en el terreno de la oralidad, pero dejan mucho que desear –sobre todo al lector –en sus escritos. Los motivos son muchos y variados, pero bastará decir que en el acto de escribir se ponen en juego hasta cuestiones emocionales, psicológicas y neurológicas, además de las específicamente lingüísticas.

Como se sabe, ambas competencias pueden transformarse en suelo pantanoso si no se domina cierto conocimiento básico.  Pero mucho más terrible y satánico puede resultar confundir sus propias reglas de uso. Porque cuando se escribe no se habla. Por supuesto que está permitido que se hable mientras uno escribe, lo que está prohibido es escribir como si se lo estuviera contando. Traspasar los límites y llevar para el rancho del buen escribir lo que ocurre en el rancho del buen decir, puede ser nefasto aunque las intenciones sean buenas –ya sabemos también que de buenas intenciones nadie vive –.
La oralidad permite que sucedan  hechos lingüísticos que la escritura no. Y esto es posible, porque la Madre de la lengua gráfica, goza del efecto de la espontaneidad: aquello que se dice, se plasma en el sonido, no se ve y se diluye de inmediato. Esta facultad le abre las puertas, por ejemplo, a las repeticiones, a las expresiones de duda (eheheh…), a los latiguillos. Si creemos que todo esto puede ocurrir en la lengua escrita y no ser denunciados –y a hasta condenados por ello –estamos en un error.
Por ello, invito a todos a seguir las reglas de cada cual en su lugar. Y para finalizar una última consideración: si se quiere escribir lo que se habló, es decir, si se busca representar lo dicho en una hoja, pues rige la normativa de la escritura (puntuación, ortografía, etc): tomar alcohol y conducir está prohibido, da lo mismo si es vino o cerveza.  



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